Entre los murmullos de las enfermeras,
el sufrimiento arrepentido de su madre y olor a anestesia
un niño con pie zambo sin llanto nació
¡que atrocidad! gritó la madre y ahí mismo lo dejó
escondido en una sombra de burlas las semillas de una ira cosechó
y la leyenda cuenta que por las lluviosas calles de Calbuco
el niño de pie zambo con su hacha, uno a uno cortando piernas, de todos ellos se vengó.
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